Pueden existir ocasiones en las que el riesgo a cubrir es demasiado alto y una sola aseguradora no puede o no quiere asumir sola la responsabilidad. Para este tipo de casos es necesario un apoyo extra, por eso existe el coaseguro, que es la distribución de un riesgo que se divide entre dos o más aseguradoras, las cuales asumirán los pagos de manera conjunta y proporcionada.
Está destinado principalmente a disminuir riesgos de alto impacto, como por ejemplo, accidentes de aviones, cobertura de museos de importancia nacional, cobertura de plantas especializadas, etc. De hecho, la mayoría de veces algunos contratos coasegurados están a su vez reasegurados.
¿Cómo funciona un coaseguro?
Las aseguradoras y el cliente deben de estar de acuerdo en cuanto al reparto de las cuotas por parte de las primeras. En caso de siniestro, cada una deberá responder en proporción a su cuota definida.
Existen tres tipos de coaseguro: directo (la aseguradora cede parte del riesgo a otra compañía y le informa al cliente), interno (la aseguradora no informa del coaseguro al cliente, pero responde por el 100% del riesgo) e impuesto (el propio asegurado toma la decisión de repartir el riesgo).
En estos casos se puede contar con una sola póliza (a nombre de la aseguradora principal, abridora o líder) o con pólizas separadas (cada coasegurador emite su propia póliza).