Hoy en día funcionan dos productos de seguros para el sector agrario: el Seguro Agrícola Catastrófico (SAC) que cobertura a micro y pequeños agricultores (agricultores de subsistencia) y el Seguro Agrícola Tradicional (SAT), dirigido a pequeños y medianos agricultores con producción comercial. A diciembre de 2017, el SAC cubría el 15.7% del área agrícola cultivada del Perú y el SAT el 0.5%. Existe por tanto una brecha grande entre superficie agrícola y agricultores asegurados ante eventos climáticos adversos.

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El Reto

En este contexto, el reto consta en adaptar los seguros agrarios a los requerimientos de los diferentes segmentos de productores. Además, tienen que ser más accesibles a la población, para lograr una mayor cobertura geográfica y un mayor número de asegurados

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Entrando al Territorio

Las primas de los seguros agrícolas son altas comparado con seguros por ejemplo, contra incendios o terremotos. En el Perú, a la fecha, no existe un cofinanciamiento de la prima de seguros agrícolas para productores comerciales que haga más viable su adquisición. Sólo el Seguro Agrícola Catastrófico cuenta con un subsidio del 100% a cargo del Estado.

Para fortalecer el desarrollo de los seguros agrarios es necesario que los esfuerzos públicos y privados estén articulados y que exista un marco político y normativo

adecuado, que ponga en vigencia un sistema de transferencia del riesgo (STR) viable y sostenible.

En el 2015 se desarrolló un documento que define las pautas para la implementación de un sistema de transferencia del riesgo para el sector agrario en el Perú. Este documento considera importante la interacción entre entidades del sector público y privado y describe sus respectivas funciones dentro de la cadena de valor.

Además, incluye el desarrollo de condiciones del mercado que faciliten la diversificación de productos de seguros agrarios, para cubrir las diferentes necesidades de los distintos segmentos de agricultores.

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Los actores, sus roles
y protagonistas

Para el desarrollo de los seguros agrarios se necesita configurar un esquema de cooperación público – privada. En este, el aporte estatal de recursos tecnológicos, humanos y financieros juega un papel vital, tanto para la creación como para la operación de los seguros agrarios.

El Estado es el conductor y el responsable principal del sistema de transferencia del riesgo. Está integrado por varias entidades públicas: