Un seguro de hogar protege tu propiedad ante posibles accidentes o factores externos que lo dañen.
Adquirir una vivienda es una decisión muy importante para las personas. La mayoría debe trabajar muchos años antes de juntar la inicial y endeudarse por un largo periodo para cumplir con el sueño de la casa o departamento propio. Con tanto esfuerzo y sacrificios involucrados, ¿te imaginas que tu hogar sufra de algún siniestro que no puedas enfrentar?
De acuerdo con el último Boletín de Seguridad Ciudadana, publicado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática, entre noviembre del 2017 y abril del 2018, 1 de cada 10 hogares ha sido afectado por intento de robo o ha sido robado. Además, en lo que va del año, se han reportado 240 sismos dentro de la zona de afectación del país, y en cualquier momento puede darse uno de gran magnitud como el ocurrido en México el año pasado.
Es evidente que los riesgos existen. Puede ser un terremoto, una inundación, algún desastre, un accidente, un incendio, un robo; los percances están allí. Y es por eso que lo más recomendable es contar con una póliza que asegure tu hogar contra todo riesgo. Los seguros para el hogar pueden ser de dos tipos: aquellos que aseguran el inmueble en sí y aquellos que además aseguran los muebles que contiene. Las coberturas básicas te protegen de incendios, inundaciones, desastres naturales, accidentes personales (dentro del lugar asegurado) y robos (si aseguras los bienes). Complementariamente, la mayoría de compañías te otorga beneficios extra por asegurar tu hogar. Dentro de estos beneficios se encuentra el servicio de asistencia ante problemas típicos del hogar: gasfitero, electricista, vidriero, etc.
