Una póliza de seguro es el documento donde se plasma toda la información del producto asegurador que un cliente contrata con una compañía. Se puede decir, en términos generales, que la póliza formaliza el contrato de seguro y es válida cuando está firmada en conformidad, tanto por el asegurado como por el asegurador.
Si has contratado un seguro, en la póliza se plasmarán los términos y las condiciones del producto que adquiriste, uno de los cuales es el precio a pagar por los riesgos que tu póliza cubre.
¿Qué elementos tiene la póliza?
La póliza está compuesta de:
- Condiciones generales: son establecidas por la aseguradora y suelen ser iguales para todos los contratantes. Incluye las normas generales sobre extensión y objeto del seguro, cómo se liquida en caso de siniestros, cómo se cobran los recibos, etc.
- Condiciones particulares: contiene información específica sobre el contratante, el concepto que se asegura, la suma asegurada, vencimiento de primas, etc.
- Condiciones especiales: son modificaciones o matices que amplían, reducen o aclaran el contenido de las condiciones generales o particulares.
¿Qué clases de póliza hay?
Las pólizas pueden ser clasificadas de varias maneras:
- Por la amplitud de riesgos que cubre: que puede ser simple, combinada o global
- Por la cantidad de asegurados: puede ser individual o colectiva
- Por la designación del titular: cubre a la persona que contrata, a una persona designada o a quien la posea
- Otros tipos: incluye consideraciones varias, según el acuerdo de las partes
Como recomendación final, analiza bien tu póliza antes de firmarla para que este documento plasme realmente lo que esperas de tu seguro.
