Con el reinicio de actividades de las distribuidoras de automóviles se ha puesto a disposición de los clientes ofertas de una serie de vehículos de todo tipo. Si eres de los que quiere aprovechar estas ofertas, seguro tendrás varias dudas. Y es que hoy los vehículos no solo se diferencian en el aspecto físico o en su función, sino que dentro de cada categoría podemos elegir entre diferentes características técnicas, como la capacidad del motor, el tipo de combustible que usará o el tipo de transmisión.
Adquirir un automóvil mecánico o automático es una decisión que suele asociarse con un tema de comodidad en el manejo. Por lo general, los usuarios suelen considerar que la transmisión automática es la que mejor conducción ofrece. En cambio, la potencia del motor es una variable más difícil de evaluar y suele estar asociado con el gasto que demandará en combustible y mantenimiento. A mayor potencia, mayor cantidad de combustible consume y, por lo general, mayor costo de mantenimiento. En función del tipo de combustible asociado, el gasto puede incrementarse así como el nivel de contaminación al medio ambiente.
Dentro de los combustibles existentes, la gasolina es la más costosa y más contaminante, seguida por el gas licuado a petróleo (GLP), el gas natural vehicular (GNV) y los aún limitados sistemas eléctricos. En el caso del GLP y el GNV, existe la opción de incorporarlos dentro de automóviles con sistemas de gasolina, de tal manera que puedan reconvertirse con los ahorros de dinero y contaminación. Si quieres conocer más sobre estos sistemas alternativos, aquí te mostramos algunas consideraciones que debes tener en cuenta:
- Accesibilidad a la recarga: por ahora se cuenta con pocos puntos de abastecimiento para el GNV y en mayor cantidad para el GLP, sin embargo, ninguno se compara con los de la gasolina, que lleva décadas de delantera.
Ahorro: los sistemas de GNV y GLP, a diferencia de la gasolina, permiten que los vehículos consuman menos combustible y tengan un mayor recorrido de kilometraje. De esta manera, se ahorra por kilómetro recorrido hasta 50% en el caso del GNV y 60% para el GLP en comparación con la gasolina de 95 octanos. - Potencia de motor: los sistemas de gas tienen menor potencia de calor que la gasolina, por lo que se obtiene menor potencia en el motor. Por ello, al convertir un vehículo al sistema de gas, su vida útil disminuirá.
- Cuidado del medio ambiente: tanto el GNV como el GLP, emiten menos gases contaminantes, 97% y 96% menos monóxido de carbono (CO) respectivamente. De esta manera, producen menso daño en la capa de ozono que la gasolina.
- Seguridad: el GNV es un gas más liviano que el aire, por lo que, en caso de fuga, se disipará en la atmósfera y no presentará ningún peligro. En cambio, el GLP al ser más pesado demorará más en disiparse.
- Lubricación del sistema: tanto el GLP como la gasolina crean una capa protectora que al recorrer por el sistema cubre y protege el metal del motor y los inyectores. El GNV, por otro lado, mantiene limpias las bujías y el aceite al tener una mejor combustión.
- Instalación: algunos modelos de auto vienen con la instalación de gas y gasolina desde la fábrica. Otros, únicamente con la de gasolina, sin embargo, puedes instalarlo. El costo para el GNV es de 1,000 dólares aproximadamente, mientras que para el GLP, es menor a los 800 dólares.
Recuerda que si vas a convertir tu vehículo a algún sistema de gas, debes acudir a los talleres autorizados por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). Puedes conocerlos aquí (https://rec.mtc.gob.pe/AutorizaEntiComplementarias/ArTallerConversionGNVGLP). De otro lado, no te olvides de aplicar las medidas de precaución a tu auto, si ha permanecido durante este periodo de cuarentena sin uso, como revisar la presión de las llantas, entre otros.
Si buscas más información sobre los cuidados para tu auto ingresa a www.apeseg.org.pe
