A diario, estamos expuestos a situaciones de peligro, incluso en nuestra propia casa. Por eso, es importante estar preparados para dar asistencia básica en el momento a las personas que sufran una situación de emergencia. Los primeros auxilios son, en ese sentido, protocolos que sirven para ayudar a una persona herida o con problemas de salud de forma inmediata.
Es importante tener en cuenta que, posteriormente, la persona afectada deberá de recibir atención médica profesional. Y que existen diversos seguros que cubren las atenciones médicas.
¿QUÉ SITUACIONES PUEDEN ATENDERSE?
Los primeros auxilios domésticos atienden los accidentes más comunes dentro de un hogar, que son los ocasionados por caídas, atragantamientos, cortes leves, quemaduras, entre otros. Veamos algunos casos:
- Heridas. Es importante que las limpies con agua y cubras con una gasa limpia para que no se infecten. En caso de una hemorragia, se puede detener utilizando gasa esterilizada, mientras se espera la atención médica. Si la herida es grande o ha sido provocada por un objeto oxidado o en mal estado, la persona debe ir al médico de inmediato.
- Golpes. Se aconseja aplicar una compresa fría y, posteriormente, una caliente para que la inflamación no sea mayor. La persona debe ir al médico si el golpe fue en la cabeza y está mareada.
- Quemaduras leves. Coloca la parte quemada en un caño abierto de agua fría. Es recomendable aplicar una crema corticoide y una gasa hasta que se reciba atención médica.
- Atragantamiento. Si alguien presenta problemas para respirar, ubícate detrás de ella y rodea su cintura con tus brazos, a la altura de su costilla más baja. Cuando estés listo, presiona hacia arriba para ayudar a la persona a botar el alimento u objeto con el que se atragantó. En el caso de niños, la maniobra se hace con el paciente acostado y el movimiento ascendente en la dirección de las costillas.
- Desmayo. Si la persona está despierta, hazle preguntas básicas como su nombre, qué día es, su edad o dónde vive. Si está inconsciente, pide atención médica de inmediato y, hasta que los profesionales lleguen, revisa su respiración y pulso con frecuencia.
Es importante que evites cambiar su postura, no muevas a la persona hasta que llegue un médico.
