La pandemia de la COVID-19 nos ha recordado que todos necesitamos contar con un seguro de salud para estar protegidos ante una enfermedad o una emergencia. Sin embargo, algunas personas creen que por padecer una enfermedad preexistente no pueden acceder a uno; pero ¡esto es falso! A continuación, te explicamos cómo puedes proceder si te encuentras en esta situación. Presta atención.
Enfermedades preexistentes: ¿qué son?
Antes de continuar es importante que sepas que se conoce con este nombre a las enfermedades crónicas que ya padecía una persona antes de contratar un seguro de salud. Actualmente no son un impedimento para adquirirlo, pero sí implican cambios en las condiciones de contratación de la póliza.
¿Qué debo hacer si tengo una enfermedad preexistente?
Si padeces de alguna patología crónica, deberás informar sobre ello a la compañía de seguros o EPS antes de firmar el contrato. Recuerda que la compañía también puede determinar la condición de preexistencia comprobando que hubo un diagnóstico, tratamiento médico o que el paciente presentaba síntomas que no podrían haber pasado desapercibidos.
¿Cómo impacta una enfermedad preexistente en mi seguro de salud?
En algunos casos, esta condición podría implicar un aumento en el costo de tu póliza de seguro o una limitación en el alcance de ciertas coberturas médicas, lo cual podrás negociar con la compañía luego de haberle informado sobre la enfermedad preexistente. Ten en cuenta que, si no informaste sobre ello, los costos serán mayores, pues el seguro no cubrirá estas atenciones.
Por otro lado, si ya cuentas con un seguro de salud, tienes la libertad de migrar a otra aseguradora o EPS, pues el marco legal vigente garantiza la continuidad en la atención de tus diagnósticos preexistentes.
Como puedes ver, padecer de una enfermedad crónica no es una excusa para dejar de tener un seguro de salud que te respalde ante cualquier problema de salud o accidente.
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