Según los últimos datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) las mujeres viven 1,4 años más que los hombres. Sin embargo, ellas suelen utilizar de manera más frecuente los servicios de salud, debido a que, a lo largo de sus vidas, pasan por cambios importantes tanto físicos como mentales, que pueden derivar en un problema de salud. A continuación, te contamos cuáles son las afecciones más frecuentes que sufren las mujeres y que no están relacionadas únicamente con el género.
Enfermedades cardíacas: Aunque se cree que estas son más prominentes entre los hombres, según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), esta afección causa alrededor del 29 % de muertes en mujeres. Quienes se encuentran entre 40 y 60 años tienen al menos uno o más factores de riesgo sin saberlo, siendo la posmenopausia y la menstruación temprana factores específicos para las mujeres.
Cáncer de mama: Se trata del cáncer más común en las mujeres y la causa principal de muertes relacionadas con esta enfermedad. En el Perú, 5 mujeres fallecen al día por cáncer de mama producto de una detección tardía. El 85% de casos son detectados en estados avanzados, siendo el miedo el factor que más desalienta a las mujeres a realizarse los chequeos debidos.
Osteoporosis: Millones de personas sufren de esta afección que hace que los huesos se debiliten. Afecta más a las mujeres mayores pues hace que sus huesos se quiebren más fácilmente siendo la cadera, la columna vertebral y la muñeca las más susceptibles a fracturas. Esto se debe a que acumulamos masa ósea hasta los 30 años y luego, nuestro cuerpo va perdiendo densidad ósea.
Enfermedades autoinmunes: Alrededor del 75% de las enfermedades autoinmunes ocurren en mujeres, siendo las más comunes el lupus, esclerosis múltiple, la tiroides y diabetes tipo 1. Como grupo, estos trastornos constituyen la cuarta causa más importante de discapacidad entre las mujeres.
Depresión: Según estudios, las mujeres tienen el doble de probabilidades de tener depresión que los hombres, ya que muchos factores hormonales y posibles tensiones adicionales pueden contribuir a ello. Algunos periodos de mayor riesgo son durante la pubertad, la menopausia, el embarazo y el posparto.
Recuerda que el mejor método de prevención es estar atentas a cualquier señal que indique que algo anda mal con tu salud.
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