Todos recurrimos a nuestro centro de salud o médico de preferencia cuando nos encontramos enfermos y queremos curarnos, pero frente a una emergencia y estado crítico de nuestro organismo, el doctor de cabecera pasará a segundo plano y serán los doctores especializados en medicina intensiva quienes velarán por nuestra salud y tratamiento. Para esa instancia ingresaremos a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) donde diagnosticarán el cuidado que necesitemos según la gravedad de nuestra situación.
Los médicos intensivistas son el soporte de nuestras vidas si llegamos a una UCI. En ese sentido, si presentamos un severo traumatismo producto de un accidente y necesitamos ser operados, será este especialista quien deberá prepararnos y atendernos durante el tiempo necesario hasta que nos operen. Si tenemos problemas respiratorios, este especialista será el encargado de colocarnos debidamente el respirador artificial, como ocurre con las personas
contagiadas por COVID-19 que presentan dificultad para oxigenar sus pulmones.
Dado que deben atender diagnósticos de todo tipo, su preparación es muy variada y exigente. Se entrenan en enfermedades que afectan el sistema respiratorio, los riñones (renales), el corazón (cardiovasculares), el estómago (gastrointestinales) y el cerebro (neurológicas). Para cumplir con su trabajo, además necesitan del apoyo de enfermeros, fisioterapeutas, psicólogos y farmacéuticos. Y no olvidemos su conocimiento en el uso de algunas herramientas básicas en las UCI, como las camas multipropósito, el monitor de funciones vitales, el ventilador mecánico y el aspirador de secreciones nasales y bucales.
Con la pandemia del COVID-19 los médicos intensivistas se encuentran en la primera línea de acción. Hoy se conoce que solo existen 700 médicos intensivistas en el país y que están dando todo de sí para salvar al mayor número de pacientes con COVID-19 en las UCI. Está claro que se necesitan más, sobre todo en el contexto en el que el Ministerio de Salud (MINSA), a través del Programa Nacional de Inversiones en Salud (Pronis), inició un plan de ampliación de los hospitales de todo el país para incrementar la oferta de camas para atender a los afectados por el COVID-19. Según los planes, se destinarán 4,886 camas para atención hospitalaria y 232 camas para UCI.
La sacrificada labor de estos médicos es reconocida cada 8 de junio, pero ese día no solo debemos agradecerles su dedicación y el riesgo que asumen, sino que debemos tomar consciencia de que, ante su escaso número, debemos asegurarnos de cuidarnos y evitar con ello contagiarnos del COVID-19 y complicar su labor al atiborrar las limitadas instalaciones médicas que hoy tenemos para atender la emergencia sanitaria.
