Cuando se habla de alguien siniestro uno suele imaginar a una persona maligna o malintencionada. En el mundo de los seguros ese significado es diferente, pues un siniestro de una póliza refiere a un evento o situación asegurada y que está sujeta a cierta cobertura económica.
¿Qué quiere decir esto? Por ejemplo, en el caso de que cuentes con un seguro de salud, este no se activará hasta que un siniestro afecte tu organismo, es decir, que padezcas alguna enfermedad que necesite de atención médica. En ese caso, la aseguradora deberá cubrir los gastos en medicamentos u operaciones que demande tu tratamiento.
Es importante que este término no sea confundido con el riesgo, que se refiere a un acontecimiento desafortunado que podría afectarte a ti o a tus bienes en el futuro. En ese caso, el siniestro vendría a ser la materialización del riesgo. Por ejemplo, tu casa está expuesta a sufrir un robo o viajar en auto te expone a un choque. Hasta que el
robo o el choque no se produzcan, son riesgos latentes; mientras que de darse ambos siniestros, tu seguro de hogar o de autos se activarán para ofrecerte una indemnización por las pérdidas ocasionadas.
Para acceder a las coberturas, luego de sufrir un siniestro, debes comunicarte con la aseguradora que has contratado. Así, podrá contar con un asesor que verifique el hecho ocurrido y determine el monto de tu indemnización.
Recuerda que cualquier siniestro en el mercado de seguros solo será tomado en cuenta si está estipulado expresamente en tu póliza. De lo contrario, pasará como un evento desafortunado y no corresponderá una cobertura económica
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